“Auchhhh me molesta esta ropa… no quiero ir a la fiesta”

Muchas veces pensamos que la vista, la audición, el olfato, el tacto y el gusto son nuestros únicos sentidos. Sin embargo, debemos incluir dos más:

  • El sentido propioceptivo: es el encargado de ayudarnos con la conciencia de nuestro propio  cuerpo y de su posición en el espacio.
  • El sentido vestibular: nos ayuda a regular los movimientos en relación a la gravedad.

Todos nuestros sentidos trabajan juntos para organizar y procesar información del cuerpo y el medio ambiente. Esto se conoce como Integración Sensorial.

 

La mayoría de los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y otras condiciones del neurodesarrollo, tienen Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS).

 

El cerebro diariamente recibe un flujo de información sensorial constante, desde el aroma de las galletas horneadas, hasta el ruido de los abanicos o los autos.  La mayoría de nosotros podemos desconectarnos” o filtrar” la información en la medida que lo necesitemos. Sin embargo, las personas con dificultades del procesamiento sensorial podrían ser extremadamente sensibles o casi nada sensibles al mundo que les rodea.

 

Cuando el cerebro de una persona con TPS recibe información, este le presta atención hasta al más mínimo estimulo sensorial, haciendo que su conducta se altere.

 

Los síntomas de las dificultades del procesamiento sensorial pueden variar de ligeros a severos. Estos son algunos de las características más comunes.

  • Hipersensibilidad(o excesivamente sensibles):
    • Respuesta extrema a ruidos fuertes o percepción de sonidos que otras personas no notarían.
    • Rechazo a conductas habituales y cotidianas que involucran contacto físico, como abrazos, cosquillas, beso en la mejilla, etc.
    • Enojo o molestia por las etiquetas en la ropa.
    • Temor o pataletas al verse rodeado de muchas en actividades como reuniones familiares, cumpleaños.
    • Negarse a que le corten las uñas y el cabello.
    • Rechazo de alimentos según su textura, olor o sabor.
  • Hipo-sensibilidad (o poco sensibles):
    • Indiferencia o alta tolerancia al dolor.
    • Constante necesidad de tocar a las personas u objetos (“buscadores sensoriales”).
    • Dificultad para percibir el espacio personal, pueden tener torpeza motora y fallas en la coordinación.
    • Movimiento constante (inquietos).
    • Poca percepción de riesgos y del peligro.
    • Podrían tener conductas bruscas como empujar, golpear o morder.

Algunas personas con TEA y otras dificultades del desarrollo, pueden mostrar signos en ambas áreas, o sea, ser hipersensible(s) en un sentido e hiposensibles en otro(s).

Aunque el Trastorno del Procesamiento Sensorial aún no es reconocido como un diagnóstico específico sino, más bien, como la causa de las conductas evidentes en personas con Trastorno del Neurodesarrollo, esto no significa que no haya una manera de averiguar si su familiar tiene dificultades en estas áreas.

¿Cuáles son algunas recomendaciones?

  • Comience a tomar nota acerca de las conductas que usted esta observando en su hijo y cuándo ocurren.
  • Pregúntele a los maestros acerca de las conductas que ellos han notado en la escuela y que sean diferentes a las que mayormente demuestra una persona de su misma edad.
  • Hable con su médico.
  • Consulte con un Terapeuta Ocupacional  especializado en Integración Sensorial.

 

En próximos #InfoTips , les daremos más recomendaciones para poder ayudar a su familiar con problemas en el procesamiento sensorial. 

 

Licda: Annette Rangel

Terapeuta Ocupacional-Integración Sensorial

Coordinadora del Aula Sensorial

Centro Ann Sullivan Panamá

 

( Clic Aquí ) Video descriptivo sobre una resistencia frecuentemente manifestada, por una persona con TEA u otro TND, debido a TPS.